sábado, 28 de septiembre de 2013

EL PRINCIPE QUE SE HABIA CONVERTIDO EN TIGRE (2°Parte)

Algo como una sonrisa estremeció los fieros bigotes del tigre,toda vez que se hacia cargo de los apuros que pasaría la malvada madrastra para que no viesen a aquella niña tan bella,pues muy hermosa habría de ser la doncella que no pareciese horrible al lado de tal beldad.
Pasaron los días y cada vez el tigre y la niña se conocían mejor y eran más amigos hasta que en cierta ocasión,el felino le habló en esto términos:
_Mi querida niña,ya hace tiempo que nos conocemos y cada vez estoy convencido más y más que sin ti ya no podría vivir.¿Quieres casarte conmigo? La doncella le miró tristemente y con lagrimas en los ojos,le contestó: Oh,señor tigre! En gran aprecio os tengo mas con todo el dolor de mi corazón he de deciros que no os amo lo suficiente para acceder a vuestros deseos.
Bajó tristemente la cabeza el desdeñado y nunca más volvió a tratar del asunto.
Pasó algún tiempo y cierto día llegó a oídos de la doncella que su padre estaba  gravemente enfermo y solicitó permiso del tigre para ir a visitarlo.
Eres libre de hacer lo que desees,le dijo el felino.Puedes acudir a su  lado y permanecer con él si ese es tu deseo.Desde este momento puedes considerarte desligada del compromiso que conmigo tenías.Sí alguna vez vuelves a este lugar ha de ser por tu propia voluntad.
Entregó a la niña hermosos vestidos y joyas y poniendo a su disposición una lujosa carroza tirada por briosos caballos ,le dijo:
Así que llegues a tu casa desaparecerá esta carroza y los caballos que de ella tiran.Si alguna vez quieres regresar a mi lado bastará con que expreses en voz alta este deseo y al punto volverán a esta a tu disposición.
Montó la doncella en la carroza y tras dirigir un saludo con la mano al tigre,emprendió el regreso a su casa.Jamás olvidaría la enorme tristeza que velaba los ojos de su amigo cuando ella se alejaba.
Pronto se encontró ante la puerta de su casa y sin cuidarse de los hermosos vestidos y ricas joyas que constituian su equipaje corrió a abrazar al enfermo.
El pobre estaba muy envejecido toda vez que mas que la enfermedad eran los disgustos que le daban su mujer e hijastras lo que le tenía postrado.Al ver a su amada hija animose su macilento rostro y abrazando a su hija le rogó que nunca más se separase de su lado.
Prometiendole la niña permanecer con él mientras le fuese necesario con lo que el anciano quedose más sosegado.Poco después cayo en un tranquilo sueño,soltando la mano de su hija que había tenido cogida desde que esta entro en la cámara.
No deseando la doncella turbar el sueño de su padre se decidió a bajar a la habitación en que se hallaban su madrastra y sus hijas, y vio que se estaban probando los vestidos y las alhajas que le había regalado el tigre; en cuanto a la carroza había desaparecido.
Fueron pasando los días y el anciano bajo los asiduos cuidados de su hija,iba recobrando lentamente la salud.La madrastra y sus hijas,una vez que consiguieron que la niña les regalase los vestidos y joyas que había traído con ella,volvieron a hacerla el blanco de sus escarnios con lo que la desgraciada doncella volvió a ser otra vez desdichada.
Mientras tanto el pobre tigre languidecía lejos de su amada y era tal su pena que perdió el apetito y sintiendo que iba a morir,fue a echarse al pie del árbol en que tantas horas felices había pasado. Rápidamente iba perdiendo las fuerzas y un profundo sollozo desgarró su pecho y sin poderse contener exclamó:
¡Niña mi muy amada niña vuelve a mi! ¿Qué fue lo que la doncella sintió en aquellos momentos? Ni ella misma hubiese podido explicárselo .Estaba ocupada peinando sus dorados cabellos y sin llegar a recogérselos se  lanzó escaleras abajo gritando:
¡Quiero volver con mi tigre! ¡Quiero volver con mi tigre! Al llegar a la calle ya estaba allí esperándola la carroza tirada por los briosos corceles los cuales apenas la niña hubo subido al carruaje emprendieron el mas desenfrenado galope.
¡Mas aprisa! ¡Más a´prisa! gritaba la doncella con lo que los corceles animados por su voz apenas tocaban con sus cascos en el suelo.
Pronto estuvieron ante las puertas del jardín y ella sin esperar que la carroza estuviese completamente parada,se precipitó dentro corriendo despavorida,mientras su hermosa mata de pelo flotaba al viento.Con grandes voces llamaba a su amigo,mas no recibiendo respuesta se precipitó hacia su sitio favorito bajo la sombra de aquel frondoso árbol. Y allí estaba el moribundo tigre,el cual al ver a su amada le dirigió lo que parecía su postrer mirada.La doncella se arrodilló a su lado y con voz que parecía sonar como música celestial en los oídos del postrado exclamó:
¡Te amo! y deseo ser tu esposa! Los mortecinos ojos del moribundo recobraron su brillo y enderezando su cuerpo quedo convertido en el mas apuesto  y arrogante de los príncipes. Cogiendo a la doncella de la mano la llevó al interior de la casa,la cual se había convertido en un suntuoso palacio y haciéndola sentarse en un trono de oro y marfil la proclamó su reina ante los muchos cortesano allí congregados.
Cuando los jóvenes se quedaron solos el rey le contó lo sucedido:
Cierto maligno brujo deseando apoderarse del reino en que yo mandaba por derecho propio me convirtió en tigre no pudiendo darme muerte,toda vez que al nacer yo otro brujo me hizo donación de cierto talismán para librarme de una muerte violenta.Mi encantamiento encerraba también un gran peligro para el malvado brujo pues si alguna doncella pura y caritativa consentía en ser mi esposa él pasaría a ocupar mi antigua forma de tigre como así ha sucedido;pero a el nadie podrá liberarlo y por lo tanto habrá de permanecer en esa forma por todo lo que reste de vida.
Terminó su relato el rey y cogiendo a su amada de la mano la llevó hacia donde esperaba una legión de camareras para ataviarla para la boda.Se celebró ésta con todo el esplendor de rigor e inmediatamente los nuevos consortes salieron en viaje de novios para visitar todos sus extensos dominios.
En una de sus idas y venidas hubieron de pasar ante la puerta del padre de la nueva reina y esta expreso su deseo de abrazar a su querido anciano.Entraron en la casa y la joven soberana fue a besar a su padre.La madrastra y sus hijas estaban presentes y al ver a su odiada victima convertida en tan poderosa reina tuvieron tal berrinche que quedaron muertas en el acto.Entonces los esposos hicieron subir al anciano a su carroza y se lo llevaron con ellos; con lo que todos fueron inmensamente felices.

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