La mujer terca en lo que deseaba,no quiso escuchar y terminó la discusión con estas palabras:
-Nada ,nada;no me convences! O me traes ese pez de que me has hablado, o despídete de la tranquilidad,toda vez que no pienso ceder ni un punto.
Así fué como el pobre pescador hubo de volver a echar sus redes y esperar hasta que el gran pez volvió a entrar en ellas.Apenas el pez estuvo en la barca habló en esto términos:
-¿Porqué has vuelto a pescarme? ¿No cumplí lo prometido? ¿No os he hecho ricos a tí y a toda tu familia?¿Qué deseas ahora de mi?
-¡Ay,amigo mío!Bien sé que cumpliste todo lo prometido.Mas yo he cometido la estupidez de confiarle a mi mujer lo sucedido y ella se ha empeñado en que quiere tenerte.Largo rato discutieron,mas en vista de que el pescador estaba decidido a cumplir lo que deseaba su esposa,el pez no tuvo más remedio que ceder.
-Mira-le dijo-toda vez que estás dispuesto a matarme,voy a decirte lo que has de hacer conmigo: la cabeza se la das a la perra,la cola a la yegua ,el cuerpo a tu mujer y las tripas las entierras en el corral.
Así prometió hacerlo el pescador,y con gran sentimiento por su parte ,dio muerte al gran pez.Cuando estuvo de regreso en su casa contó a su mujer lo sucedido y las instrucciones dadas por el animal antes de morir, y como la mujer ya no sentía el menor interés por aquellos despojos no tuvo inconveniente en hacer lo que aquél había dicho.
Pasó algún tiempo y la perrita tuvo tres perritos rubios;la yegua tres yeguitas rubias y las mujer,tres niños igualmente rubios;en el corral surgieron tres lanzas.Los niños eran muy hermosos y exactamente iguales.
Cuando los niños fueron mozos dijeron un día a su padre:-Mira,padre;deseamos correr mundo y como aquí nos aburrimos deseamos que nos des tu permiso para lanzarnos en busca de aventuras.
Mostrose conforme el padre,y cuando llegó la hora de la partida entrego a cada uno de ellos una lanza,un perro y un caballo.En el momento de la despedida les hizo donación de una botella de agua clara,diciendoles:
-Cuando veáis que se enturbia el agua de estas botellas,poneos en guardia porque es señal de que os amenaza algún peligro.
Emprendieron todos la marcha y al llegar a una encrucijada se separaron marchando cada uno de ellos en pos de lo que les deparase el destino.
Al llegar uno de los jóvenes a la entrada de un pueblo vio que todas las mujeres estaban llorando,presas del mayor desconsuelo .
Al preguntar la causa de tal trastorno,le respondieron:-Has de saber,apuesto joven que en aquel castillo que se divisa allá lejos vive una enorme serpiente de siete cabezas la cual cada año nos exige un tributo que le estreguemos una de nuestras doncellas y este año le ha tocado a la hija de nuestro muy amado rey.La princesa es la doncella más hermosa y caritativa que existe en la tierra y como no existe salvación para ella,todos sus súbditos estamos desesperados.
Rogó entonces el joven que le llevasen a la presencia de la princesa y al verla tan hermosa se sintió enamorado de ella; echándose a sus plantas le suplicó su permiso para matar a la serpiente.La princesa le llevó entonces ante el rey y le expuso el noble deseo del joven; el rey abrazó al campeón ,y al tiempo autorizarle para luchar con la bicha y le dijo:
-Ardua es la empresa que tratas de llegar a cabo,mas yo te prometo que si sales airoso de ella,te daré a la princesa por esposa junto con la mitad de mis bienes.
Con lo que la princesa y su defensor se encaminaron hacia el castillo de la serpiente.Apenas llegados ante las puertas de la mansión,se abrieron las puertas y por ellas salió la pavorosa hidra,que se lanzó sobre la princesa intentando devorarla.Entonces el joven se interpuso entre ambos,al tiempo que gritaba:
-¡Aquí mi perro,mi lanza y mi yegua!
Montó en la yegua y empuñando la lanza arremetió valientemente contra el terrible animal.La serpiente empezó a retorcerse tr atando de deshacerse de su enemigo,mas entonces el perro le acometió con terribles dentelladas y entre lanzazos y mordiscos pronto quedó el horrible bicho tendido sin vida a los pies de la princesa.El vencedor cortó las siete lenguas del monstruo y poniendo a la princesa a la grupa de la yegua emprendió el camino de regreso hacia el palacio del rey.
Al aparecer el caballero con la doncella a la grupa de la yegua,todo el pueblo salió de sus casas aclamándoles, no cesaron en sus vítores hasta llegar a las puertas del palacio del rey.Éste al oír las vivas de sus súbditos salió al balcón para enterarse del motivo de tal algarabía y grande fué su alegría al ver llegar a su hija sana y salva junto con su apuesto salvador.
Con muchas fiestas y regocijos populares se celebró la liberación de la princesa y a continuación empezaron los preparativos para la boda.
Mas hete aquí que un envidioso caballero de la corte del rey que en repetidas ocasiones había solicitado la mano de la princesa y siempre había sido rechazado por ésta,debido a su maldad,se dirigió al lugar donde yacía el cadáver de la serpiente y cortandole las siete cabezas,se presentó con ellas ante el rey.
-Señor-le dijo- vengo a que cumpláis vuestra palabra de entregar la mano de vuestra hija al matador de la serpiente y como yo he sido el que,exponiendo mi vida he llevado a feliz término tal hazaña,os reclamo tal privilegio.
En extremo confuso quedó el monarca ante la pretensión del mal caballero,mas como él había empeñado su palabra de entregar la mano de su hija al que les librase de la hidra,no sabía qué partido tomar.Llamó a su presencia a la princesa y a su enamorado y les habló del siguiente modo:
-Hijos míos muy contento estaba de que os casaseis,toda vez que veo que este joven es valiente y generoso; mas ahora se presenta ante mi este caballero con la pretensión de que él fue el vencedor de la serpiente.Como prueba de la veracidad de lo que dice,trae las cabezas del monstruo y como yo prometí casar a mi hija con aquel que llevase a término tal heroicidad,me veo obligado a cumplir mi palabra.
Al oír tales palabras casi se desmayó la princesa, pues de todo corazón aborrecía a aquel malvado mas estaba segura de que sí no mediaba algún milagro su padre la obligaría a casarse con él toda vez que llevaba las cabezas de la serpiente y por más que a ella le constase que había sido otro su campeón,su padre no atendería a razones ante la prueba presentada.Llena de desesperación dirigió sus llorosos ojos hacia su salvador y vio que éste sonreía alegremente.¿A qué era debida la alegría del joven? ¿No se daba cuenta de que iba a perderla?
Pronto salió de dudas la princesa pues su campeón la ciño amorosamente por la cintura ,como quién está seguro de la victoria y tras dirigirle una tierna mirada se volvió hacia el mal caballero y con voz burlona le dijo:-Decidme buen hombre ¿Podríais decirme de que medios me he valido yo para cortar las lenguas de la serpiente si,como vos decís ,soís el matador?
Y diciendo esto sacó el pañuelo donde llevaba los trofeos y los mostró ante los reunidos.Grande asombro produjo entre los presentes las palabras de nuestro amigo y el rey ordenó a un criado que abriese las fauces de las cabezas presentadas por el mal caballero ,con lo que todos quedaron convencidos de quién había sido el verdadero héroe.Seguidamente el monarca ordenó que prendiesen al impostor,le azotasen y lo expulsasen de su reino,con la orden expresa de que jamás se presentase de nuevo por allí bajo la pena de decapitarlo.(continuará)
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