miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL MILAGRO DE LA VIRGEN DE OLITE (Leyenda Navarra)

En los albores del siglo XIII vivía en una humilde cabaña situada en la ladera de un monte cercano a la ciudad navarra de Olite un matrimonio pobre,pero feliz.Eran fervientes devotos de la Virgen de las Animas,la imagen que se veneraba en una ermita cercana al lugar en que  se hallaba situada su casita.
Este humilde hogar se vio favorecido con el nacimiento de una preciosa niña ,que fué recibida por sus padres como una bendición del cielo.¡Con lo que ellos habían rogado a la Virgen que les concediese la suprema felicidad de tener un hijo! A todos mostraban con orgullo aquella preciosa criatura.¡Ahora sí que trabajarian gozosos  para que a la niña no le faltase nada!
Pasaron algunos meses y la feliz madre trató de enseñar a la niña a que diese sus primeros pasos.Torpe se mostraba la criatura en aprenderlo,a pesar de que en todo lo demás se mostraba algo superior a los demás niños de su edad."Bueno,pensó la madre,será cuestión de tener un poco de paciencia; cuando tenga más fuerza en las piernecitas ya empezará a andar".
Transcurrió un año y pasó otro,y como la niña continuaba sin tener fuerzas para sostenerse sobre sus piernas,los atribulados padres decidieron llevarla a la ciudad para que la viese un médico.Desalentador fué el pronóstico del hombre de ciencia.
Esta niña ,les dijo,no podrá andar jamás.Las piernas le crecerán a medida que se desarrolle su cuerpo,más nunca tendrán fuerzas para poder caminar.Y murmurando unas palabras de consuelo para los atribulados padres los dejó marchar con su pena.
¡Mi niña! -¡Mi pobre niña!-gemía la desgraciada madre cuando regresaban a su vivienda-¿Qué será de mi pobre hija cuando nosotros le faltemos?-Después se acogió al consuelo de los desvalidos y con toda la fe de su alma rogó a la que nunca niega su ayuda a los desgraciados-:¡Virgencita ,Virgencita de Olite,Tú que también fuiste Madre, apiádate de nosotros; no abandones jamás a mi pobre niña!
Creció Isabel-que así se llamaba la niña-,y a pesar de que nunca pudo llegar a caminar ,era tan hermosa y tan buena que sus padres no veían más que por los ojos de la chiquilla.La niña se pasaba todas las horas del día sentada en un carrito de ruedas que le había hecho su padre,más como era muy trabajadora no permanecía nunca ociosa.Ella bordaba,cosía y de sus manos salían tales primores ,que muy pronto su fama se extendió por todos aquellos contornos,no faltando buenas almas que le encargaban labores y se las pagaban espléndidamente,con lo que nada faltaba en aquel humilde y piadoso hogar.
La madre,ya más conforme con la desgracia de la niña,daba gracias a la Virgen que la había dotado de aquella destreza para ganarse la vida,toda vez que así,cuando los padres muriesen,la joven podría ganarse el sustento.
La lisiadita,no obstante su bondad,cuando sus padres no la veían tenía momentos de abatimiento...¿Por qué,Virgencita,no podía jugar como las otras niñas? ¿ Porqué,Virgencita no podía ella corretear por los prados como sus amiguitas? ¿Por qué...,por qué? Y silenciosas lágrimas se deslizaban por sus pálidas mejillas.
Los mozos y mozas del lugar celebraban aquel día un baile en el campo.En el lugar de la fiesta se habían congregado todos los habitantes del pueblo,viejos y jovenes.Los ancianos,sentados en sillas que habian traído de sus casas o tendidos en la fresca hierba,miraban cómo mozos y mozas danzaban y reían.En los arrugados rostros de los ancianos y ancianas había felices sonrisas.Recordaban cuando ellos eran mozos y habían  bailado y retozado como ahora lo hacían aquellos robustos jóvenes y aquellas lozanas mozas.Todos ,los unos bailando y los otros con sus recuerdos,eran felices en el prado.
Tan sólo una pobre niña,Isabel,sentada en su cochecito de ruedas,era desgraciada.Sus padres,deseando que la niña se distrajese,la habían llevado al lugar del baile,más la doncella senntía una íntima tristeza que se...continuará......

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